lunes, 29 de octubre de 2012

Romance de un relato.

Cambiando el nombre de los personajes este escrito está basado en hechos reales.
Dedicado con todo mi afecto a éstos amigos de juventud. A pesar de haber dejado el contacto con el paso de los años la amistad y el cariño perdura para siempre.

¡Ay! Cómo estamos de vientos,
ni tantos, ni tan pocos.
Vaya una juventud de locos
aquella de los viejos tiempos.
Recuerdo bien esa noche
que cenamos en casa,
dos parejas, mas un amigo,
con dos mamás puestas de asas.
Buena cosa, ¿dejarnos solos?
¡Ni pensado, ni imaginado!
Las madres con los pololos
y algún que otro candado.
Finalizada la cena; el amigo dijo:
- Aprovechando que allí es fiesta
vamos al Pilar de la Horadada -.
- ¿Pero qué dices hijo?-
-Contesta una madre malhumorada
erizando toda la cresta-.
- ¿A dos parejas solas, mas otro mas?
De eso nada. ¡Ni hablar!-
- ¡Por Dios! Si se entera tu padre
que te he dejado salir sola…
Vamos, con tu novio, tu amiga,
mas el novio de ésta y el amigo -
- Que venimos temprano Lola
A las diez. No hay mas miga.
Cuido de las parejas, os lo digo- .
Y así emprendimos el viaje,
cinco metidos en un R-8.
Las viejas quedaron sin baraje
a ver si estropeábamos el cho…
por no estar ellas delante.
Y justito al cruce llegar,
el coche se paró en seco,
ni a delante ni hacia atrás
ni empujando ni remolcando,
dejándonos los cinco el pellejo.
- Pues toca hasta el pueblo andar -,
que había un buen trecho.
La Mariana y yo a rezar
por volver antes que al lecho
el padre se fuese a acostar.
Siempre hay personas buenas,
de aquella, jamás me olvidaré,
ya pasaron muchas Nochebuenas
y este hombre bien recordaré.
Ese buen señor vestido de etiqueta,
de fiesta, con sus hijos y su mujer,
desabotonó su elegante chaqueta,
cuando otro le dijo a su vez:
- “Estos jóvenes tienen un apuro” -
Aquel hombre dejó las fiestas
y sin cobrarnos ni un duro,
agarró sus herramientas
dejando el coche seguro
para regresar a Sucina.
Pensando en el papelón,
ya las once y bien se siente,
mamá Lola y mamá Valentina
estarían varios días de morrón
y de castigo otros veinte.
La calle silenciosa y de apagón,
la puerta abierta de par en par
todas luces de casa encendidas.
Temblorosas, llamamos sin cesar
¡Mamá, mamá! ¿Estáis escondidas?
Es que se nos ha roto el coche,
en el cruce nos dejó tirados,
ni café, ni fiesta, ni derroche,
ni avellanas, pitos, ni torrados.
¡Mamá, mamá! ¿Estáis fuera…?
Nos asomamos a la esquina,
entonces solo era tierra, loma,
algo parecido a una era,
y vemos a Lola y Valentina
que solo el blanco culo les asoma
con los nervios en cagalera.

Mari Carmen.


sábado, 27 de octubre de 2012

Cruzar el río.


Cruzar el río, amenaza de corriente,
más, tu fuerte tesón comparto,
yo sé que eres muy valiente
pero, navegando en viejo barco
con esta increíble pendiente….

Y parecía un pequeño charco
con una inofensiva piedra.
¡Válgame! Que mal embarco,
con fondo lleno de hiedra
para hundirme si me aparco.

Inmensa, lejana, está la sierra,
écha una mano Santa Aurora
que todo aquel que yerra
sus errores, aquí y ahora
se pagan en esta tierra.

Mari Carmen.



lunes, 15 de octubre de 2012

En la feria de Balsicas.

Con mucho amor compre
un regalo en Balsicas
que en el bolsillo guarde
y cual sería mi estupor
el ver que algunas chicas
me miraban con rubor.
Y una de ellas decía:
¿sera propia esa maza?
¿o cosa de cirugía?
pues semejante carnaza
no se ve hoy en día.
Pues no era una maza
ni tampoco cirugía
era una larga calabaza
que de carne estaba vacía
liada en papel de estraza.

Moraleja: En este mundo nada es lo que parece.

Anton Pirulero.

viernes, 12 de octubre de 2012

Manantial sereno.

Fluye incesante manantial sereno
de la fuente que me otorgó la vida,
y es plenitud de ti, junto a tu seno,
o por la senda de la despedida,
o descansando sobre el hombro ajeno,
o en soledad callada y dolorida...;
en mí vas, en ti estoy, íntimo lazo
invulnerable al roce de otro abrazo.

Anónimo.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Tu mirada perdida.

Tu mirada cansada, perdida,
habita en mi lánguida pupila,
ese tu mirar profundo
en dolor me encandila,
el rodar por este mundo
de obstáculos fecundo
van haciendo una herida.
Quisiera ser tu espejo
y con un acto de reflejo
avivar esa alegría marchada.
¡Ven! Amor, acepta mi consejo
porque llevas triste la mirada
con el alma machacada
y el corazón de hombre viejo.
¡Mírame! Amor, y bien mira,
soy aquella que por ti suspira,
estos ojos aún no se cegaron
y el amor por mi piel traspira,
mis ojos más se enamoraron
cuándo tus ojos se apagaron
en los confines de la vida.

Mari Carmen.