lunes, 30 de mayo de 2016

EL AMOR NUNCA MUERE

Si piensas que el amor se acaba y muere,
no habrás amado nunca, lo aseguro,
porque si ha sido grande, libre y puro
ha de encontrase vivo donde fuere.

Quizá en algún momento se rompiere,
merced a las acciones de un conjuro
que hiciera acentuar el claroscuro
por ver que la pasión se recupere.

Si el alma es inmortal y así lo creo,
irá con el amor muy de la mano
y si aquélla pervive, éste también,

siendo tan paladino que lo veo
con mucha claridad, pues no es arcano
y al estar convencido, digo amén.
 
Cristino Vidal.

EL AMOR NO PIDE DOTE

¿Se casó con Dulcinea don Quijote
suspirando por ella al trote, al trote?
¿Y Sancho le echó un capote
o la tenía ya en el bote?
¿Y qué le pidió de dote?

No sabemos qué pensar.
Lo ideal y lo real
no se suelen acordar
y en pareja desigual
el amor sienta fatal.

Mejor pues dejarlo al bies
y así una y otra vez
soñarlo campo a través
del libro, que siempre es
genial, valiente y cortés.

Apuleyo Soto.

lunes, 23 de mayo de 2016

Los místicos españoles

Hay muchos españoles en la mística
que llevaron honrosa vida ascética,
haciendo de la misma apologética
y aupando de los santos la estadística.

No les fue para nada la eufemística,
tuvieron compromiso con la ética,
procurando no fuera nada hermética
su enseñanza y tampoco cabalística.

En una sociedad que era endogámica,
el místico de amor llegó pletórico,
sabiendo conseguir con su dinámica

y acento de su buen decir retórico,
que fuera permeable y más balsámica,
juntando lo real con lo teórico.
 
Cristino Vidal.

Amapolas sangrientas

Se les van cayendo
a mis amapolas
sus pétalos de rojo
sin pudor y sin misericordia.

Me dan el día,
me dan la hora,
me dan el sol,
me dan la sombra,

entre Lope y Cervantes,
Calderón y Góngora,
Bécquer y Espronceda,
Quevedo y Rojas.

Esplende mi despacho
frente a la sierra tosca,
y ya no sé qué hacer
sino mirarlas temblorosas.

Vaso de cristal,
manténlas mientras llora
sangre mi pluma
desparramada y ardorosa.

Más exacto reloj
no vi nunca, señoras
del devenir constante
que se acerca y deshoja,

como la blanca página
en la que escribo ahora,
dejando cicatrices
de amor y rosas.

Tic tac, tic tac,
la flor se dobla,
yo doblo la cerviz
antaño campeadora.

Apuleyo Soto.

viernes, 20 de mayo de 2016

Las reflexiones de Río.

Río, con 6 años. Le pregunta a su abuela Sue a la cual le llama cariñosamente “nana”.
  • Abuela, si te toca la lotería... ¿me puedes comprar un Aiphone?
  • ¡Claro que sí! Aunque es muy difícil, casi imposible que me pueda tocar, así que no te hagas ilusiones porque es un artículo demasiado caro para mi economía y como no me caiga el gordo...
  • Abuela, tranquila, no pasa nada, no te preocupes. Para el mejor y mas importante de todos los regalos no se necesita dinero y ese tu siempre me lo das.
  • ¿Cual?
  • Amor.
  • ¡Sin palabras me dejas Río! ¿Quien te dice esas cosas?
  • Mi padre.

    Ésto me contaba Sue esta mañana y no he podido evitar que se me humedeciesen los ojos. 
    Río también es mi nieto y su padre... ¡Mi hijo!

                          (En la foto, Río y su hermano Elías)

    Mari Carmen.

MALES QUE NOS AQUEJAN

  1. Está el mundo tan cambiado
  2. que es para salirse de él;
  3. antes oro, ahora oropel
  4. de tanto como ha bajado.

  5. Nos están manipulando
  6. y por fuerza hay que llegar
  7. donde nos quieran llevar,
  8. porque de eso están tratando.

  9. Dejemos ya la falacia
  10. de que habemos libertad,
  11. que en honor a la verdad
  12. ésta y la tal democracia

  13. brillan, pero es por su ausencia,
  14. pues las tienen secuestradas
  15. los amos de las mesnadas
  16. por su propia conveniencia.

  17. Ya ni nos importa el lodo
  18. donde nos han sumergido
  19. y nadie lanza un quejido,
  20. pues se impuso el vale todo.

  21. Es tiempo de los corruptos,
  22. que tienen tal desenfado
  23. que cuando les has pillado
  24. te salen con exabruptos.

  25. ¿Adónde se fue el buen gusto?
  26. ¿Quién trajo la zafiedad?
  27. ¿Quién secuestró la verdad?
  28. Cuando lo pienso, me asusto.

  29. No queda ningún refugio
  30. al que poder escapar;
  31. si lo hubiera, querría entrar
  32. usando algún subterfugio

  33. y allí tratar de vivir
  34. aunque poco tiempo fuera,
  35. haciendo lo que quisiera
  36. y lo mismo en el decir,

  37. que a este mundo en el que vivo
  38. tan cobarde y chapucero,
  39. no le entra lo verdadero,
  40. pues se muestra tan altivo

  41. que lo que no le interesa
  42. o lo esconde o lo combate,
  43. pero nunca lo debate
  44. abiertamente en la mesa.

  45. Todo está ya sentenciado
  46. y si alguien no lo admite,
  47. que no haga ningún envite,
  48. pues será crucificado.

  49. De este modo, todos miman
  50. con sumisión al poder,
  51. para el calor no perder
  52. del ascua a la que se arriman.

  53. El poder es el gobierno
  54. de cualquier signo que sea,
  55. queriendo ser panacea
  56. y hurgando en el fuero interno

  57. de toda la sociedad,
  58. para plantar la semilla
  59. de que es una maravilla,
  60. faltando así a la verdad.

  61. No olvidemos a la iglesia,
  62. que de lo que dijo Cristo
  63. “no me acuerdo, si te he visto”,
  64. confirmando así su amnesia,

  65. que el Redentor fue un modelo
  66. de modestia y humildad,
  67. aunque fuera Majestad
  68. nada menos que del Cielo.

  69. No sería de extrañar
  70. que del templo echaría afuera,
  71. como ya otra vez hiciera,
  72. a los que no quieren dar

  73. Sus Divinas Enseñanzas,
  74. que el Maestro difundió
  75. y que hasta su vida dio,
  76. sin alimentar venganzas.

  77. El poder son los periódicos,
  78. que escriben bien de los hechos
  79. en los que sacan provechos
  80. y los demás son paródicos

  81. o enmascaran la noticia
  82. y la olvidan si es preciso,
  83. obviando su compromiso
  84. cuando no les es propicia.

  85. Ese es el poder mediático,
  86. que en su propio beneficio
  87. va sembrando un estropicio
  88. con carácter sistemático.

  89. ¿Qué decimos de las teles?
  90. Todos los telediarios
  91. se ve que son tan gregarios
  92. como si fueran peleles,

  93. pues lo que en ellos se escucha,
  94. además de exagerado,
  95. se les nota de qué lado
  96. es su inclinación, que es mucha.

  97. ¿Y esa fea catadura
  98. que exhiben los contertulios
  99. para aumentar sus peculios
  100. haciendo telebasura?

  101. Cada noche y cada tarde,
  102. alguien de manera cerda
  103. se pone a sacar la mierda
  104. de una manera cobarde,

  105. incluso de cementerios
  106. y como bichos necrófagos,
  107. van vaciando los sarcófagos
  108. llenándolos de improperios.

  109. ¿Y el cine?; ahí es nada.
  110. Le llaman séptimo arte,
  111. viniendo a ser el baluarte
  112. de ilusión prefabricada.

  113. Ya mucho poder ostenta
  114. y da pena por lo zafio,
  115. e incluso es un cenotafio
  116. por lo mucho que aparenta.

  117. Se ha apoderado de él
  118. lo burdo y lo malsonante
  119. y abandonó lo elegante
  120. olvidando su papel,

  121. pues se creó para ser
  122. un dechado de enseñanza
  123. y que sirviera de holganza,
  124. de alegría y de placer.

  125. Y además de violento,
  126. ahora nos ponen escenas
  127. de situaciones obscenas
  128. aunque no vengan a cuento.

  129. No digamos del lenguaje
  130. que oímos en la película;
  131. mejor copiar la matrícula
  132. y pararla en el peaje.

  133. Se ha introducido la mafia
  134. con su poder influyente
  135. y a ese grupo adolescente
  136. de naturaleza zafia

  137. y a algún otro aunque sea culto,
  138. los pone junto a las cuerdas
  139. convirtiéndolos en mierdas
  140. de cadáver insepulto.

  141. Los señores de las togas
  142. tendrán que emplearse a fondo
  143. y acabar con el hediondo
  144. paraíso de las drogas.

  145. Pero no sabemos cuál
  146. será el que más alucine:
  147. la mafia, el gobierno, el cine
  148. la tele o el capital.

  149. No hay que olvidarse de éste,
  150. pues el capital salvaje
  151. aunque vista buen ropaje
  152. es malo como la peste.

  153. Nuestro dinero se lleva
  154. de una y de mil maneras
  155. cuando menos te lo esperas,
  156. de nuestra bolsa a su cueva

  157. y de la forma que va,
  158. a esta cueva la pondría
  159. un nombre que bien le iría:
  160. la cueva de Alí Babá.

  161. El preboste del gobierno
  162. considera lo primero
  163. meterle mano al banquero,
  164. siendo al final subalterno

  165. del banquero, que no socio,
  166. pues éste va y lo maneja
  167. y del peligro se aleja
  168. por el bien de su negocio.

  169. Y si ya esto no es bastante
  170. se mete de sopetón
  171. en lo de la corrupción,
  172. que ahora tiene mucho implante.

  173. Esto es lo que ahora tenemos
  174. y le da a uno pena ver,
  175. que hemos echado a correr
  176. del centro hacia los extremos.

  177. Mas nadie pide cordura
  178. y si la pide es igual;
  179. moriremos de este mal
  180. porque ya no tiene cura. 
  181.  
  182. Cristino Vidal.

A ANTONIO COLINAS, PREMIO REINA SOFÍA.

Me acuerdo detalladamente del día en que presenté a Antonio Colinas en las Veladas Poéticas de la Universidad SEK Internacional de Segovia. Estuvo tan soberbio como humilde, tal cual es y se comporta habitualmente este bañezano ahora laureado con el Premio Reina Sofía, tan merecido.
Desde “Sepulcro en Tarquinia” a “Canciones para una música silente” le he seguido sin parar y me he deleitado y aprendido con sus poemas novísimos, en los que mezcla la tradición clásica con la vanguardia de la experiencia. Poetas así, tan caballerosos, que aúnan la persona con el personaje, no se olvidan jamás. Ética y estética las porta juntas bajo su cabellera ya nevada de canas.
En su último libro, “Memorias de un estanque”, se recoge a sí mismo y nos cuenta que ha ido, no adonde ha querido, sino adonde la vida le ha llevado. Y en esa vida suya nosotros nos sumergimos con placer lector y pensador. Y es que Colinas es un ejemplo memorioso y memorable de saber estar en cualesquiera circunstancia, la de profesor universitario o la de viajero por la naturaleza. Ama los ríos y los bosques a la vez que la monumentalidad de las ciudades y nos los hace emocionantes porque los siente así y nos los hace sentir a nosotros, pasmados ante su elocuencia rítmica y rimada. Dios se lo pague.
Tendría tanto que decir de él, que mejor es que me calle, para que ustedes, como yo, sin perder el tiempo en elogios, se involucren en su obra limpia y hermosa, tan a pie de tierra como elevada a las alturas de un San Juan de la Cruz hodierno. Vale.

Apuleyo Soto.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Yo soy...

Soy un náufrago solitario en alta mar,un habitante en Sucina,uno más,
miro a todos lados, no me quiero desesperar,he implorado ayuda hasta en las noches serenas 
Señor de los océanos, ¿Donde está mi bella sirena? 
Yo soy un cometa vagabundo,en el sistema solar,girando sin rumbo,pero dispuesto a colapsar 
llevo en mi interior,la chispa de la vida pero no encuentro un planeta,para darle vida. 
Yo soy un río profundo,largo y caudaloso,tengo mucho recorrido,soy un río cauteloso 
mis aguas son tranquilas que invitan a nadar,vamos,no tengas miedo,te invito a refrescar. 
Yo soy un oasis en un desierto de arenas severas,ofrezco sombra y descanso,en mis tupidas palmeras,
tengo agua fresca,pero nunca aparece nadie por aquí,mírame bien,no soy un espejismo,ven a saciar tu sed en mí. 
Yo soy un ave migratoria,sé muy bien a donde ir,mis fuertes y blancas alas,no se cansan de batir 
angeles que me acompañan,ustedes son mis guías,encontremos a mi palomita,durante esta travesía. 
Yo soy un faquir del oriente,soy casi inmune al dolor,los vidrios y los clavos,apenas me causan escozor 
estoy adiestrando a mi cuerpo,para poder resistir,estoy preparando a mi alma desnuda,para dejar de sufrir. 
Yo soy un número,un vector,en este mundo complejo,mi mente vive en un mundo imaginario,en un reflejo 
no quiero percibir del mundo real,su inhumana crueldad,no quiero sentir la amarga y desgraciada realidad. 
Yo vivo hace mucho tiempo solo,soy un hermitaño,soy un hombre muy tranquilo,ha nadie le hago daño 
aislado y sin compañía,no me considero un infeliz,sin necesidades materiales,he aprendido a ser feliz. 
Yo escribo los mas bonitos poemas,porque quiero expresar,todas mis vivencias y sentimientos,
te lo puedo confesar,no tengo un lado sombrío,que tenga de ocultar 
soy un ser muy transparente,te lo puedo demostrar. 
Mi vida es un libro abierto,soy un libro sin tapa,de mis hojas brotan bellos versos,conozcame guapa 
te invito a leer mis páginas,aprende a repasar conmigo y descubrirás que soy...
el más grande de tus amigos. 

Alma desnuda.

lunes, 9 de mayo de 2016

Cómo recuerdo aquella noche

Me entregué aquella noche con locura
mirándote a los ojos fijamente,
poniendo en el ardor toda mi mente
por libar de tu cuerpo la hermosura.

Hicimos el amor con tal ternura,
que me creí en el cielo y soy consciente
de que nunca jamás un ser viviente
sintiera ni de lejos tal ventura.

Recuerdo las caricias, los jadeos
y tu cálida voz, cuando pedías
que siguiera aumentando mis deseos

para juntar tus ansias con las mías,
prometiendo entre dulces balbuceos
que los tuyos también aumentarías.

Las ansias que tenías
el camino encontraron expedito,
llegando hasta el umbral del infinito.
 
Cristino Vidal.

Primera Comunión de Diego Fresno Galisteo

Diego, Dieguito, Diegón,
pues hoy es tu comunión,
toda felicitación
te damos sin dilación

los Fresno y los Galisteo
con el más puro deseo
de que obtengas el trofeo
del que soy su corifeo:

Dinerito muy contante
y también eurosonante
porque nada por delante
nos reste tu amor constante.

Sabemos que eres travieso,
pero si me lo sopeso
sobrepasas con exceso
el estampado de un beso.

Yo te lo doy desde aquí
como un gallo kiriquí
de cresta-aurocarmesi
porque me sale de sí.

¡Oh Primera Comunión!
Luego después, un montón,
ya previa la confesión.
¡Ale, ale, al alirón!

Eres niño, yo lo sé,
y por eso un no sé qué
se me queda al virolé,
ole y ole, olé y olé.

Contigo todos los tuyos,
aleluyas y aleluyos.
Es verdad de Perogruyo
y con ella aquí concluyo.

Dios te dé provecta historia.
Restas en nuestra memoria.
La rima es absolutoria.
Cierro la jaculatoria.

Diego, Dieguito, Diegón,
nos será tu Comunión
un punto final de unción
en la alegre convención.

Y aquí me callo y me siento.
He quedado atrás contento
con el gran asentimiento
a este largo parlamento

en el que di dilatado
discurso apresurizado,
consecuente y par-rimado
cual si estuviera alumbrado.

Ahora brindemos consunos
los otros junto a los unos,
ambos libres y ambos tunos
por tiempos tan oportunos

como nos ofrece el día
que en alegre compañía
fue nuestra segura vía
en plan noble de hidalguía.

Va para la eternidad
esta copa de ebriedad
en total unanidad:
¡Por favor, la levantad!

¡Por Diego y su camarilla,
por su propia y nuestra honrilla,
por los que están a su orilla
y por todos los demás.
¡Sigamos la Fiesta en paz!

Apuleyo Soto.

lunes, 2 de mayo de 2016

El misterio de la vida

Precioso poema de Cristino Vidal.

La flor que con el viento se deshoja
se muere lentamente de tristeza,
porque ya ni de blanca ni de roja
lucirá, desprovista de belleza.
 
Al suelo va a parar y se confunde
con tierra que el rosal alimentara
y con ella, de igual a igual, se funde
por ver si nuevamente reencarnara.
 
Convertida en el humus que alimenta
la planta, va feliz a los capullos
a través de la savia y se hace cuenta
que el color y el olor también son suyos.
 
La esencia de la vida nunca muere,
que un poder misterioso la transfiere.
 
Cristino Vidal Benavente

A Octavio Uña, maestro de maestros.

Letrilla de buenos propósitos.

 
A uña de caballo
va este poema
por ti, mi Emperador
de Bellas Letras.

Eres, Octavio,
la rumia comunera,
la humildad sosegada
y la extrema llaneza:

las tres juntas cual trébol
de las verdes praderas
de la educancia
y la docencia regias.

Sigo tu zamorana
contemplación de las riberas,
me siento a repensar,
voy por tu senda.

A ti es al que requiero
en las noches serenas;
contigo es con quien quedo,
hombre de bibliotecas.

Ni me afanan los premios
ni las honras postreras,
mi merezco más precio
que el de la obra incierta.

Dame, Virgiio,
tu mano mensajera,
cantaré como tú
los nombres de los frutos de la tierra.

Y después… ¿qué sé yo,
con tus versos a cuestas?
Dímelo ya, Maestro,
por lo que tú más quieras.

Apuleyo Soto.